Crónica de una gestión ausente: El pleno del 18 de diciembre.

 


Dicen que una imagen vale más que mil palabras, y la imagen proyectada por el equipo de gobierno de Lerma en el último pleno fue sencillamente, desoladora.

Lo que debería haber sido un ejercicio de transparencia se convirtió en un escaparate de improvisación e incompetencias.
Ante las dudas de la oposición y ciudadanos, solo obtuvimos respuestas vagas y sin fundamentos.
Destacó especialmente la ausencia de la alcaldesa, cuya gestión parece marcada por la desidia y el cálculo político más que por el servicio público. No hubo reconocimiento de errores ni voluntad de enmendar decisiones que ya están dañando económicamente nuestro tejido comercial.
La falta de formación y una actitud de recelo sin justificación están arrastrando a Lerma a un futuro incierto. Nuestro pueblo merece algo más que esta gestión paupérrima.


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